Reflexión sobre una Pandemia

 

Cuándo llegaban las primeras noticias desde Wuhan (China) sobre una nueva enfermedad llamada Covid-19, o más conocida, como coronavirus; allá por diciembre del 2019. No pensé que podría desencadenar las consecuencias sociales, económicas, políticas y tecnológicas que está provocando.

A final de mayo ya son 329.000 muertos y más de 5 millones de contagios en el mundo.  Esta pandemia no conoce de países desarrollados o subdesarrollados, de occidente o de oriente, del norte o sur, de potencias económicas o economías emergentes. La afectación al desarrollo rutinario de todo y cada uno de los aspectos de nuestro día a día se ha visto alterada.

 Se ha reducido la movilidad de los ciudadanos, como no se había visto anteriormente en otras pandemias. La actividad política ha sido frenética, el número de normativa desarrollada para neutralizar la rapidez de la expansión del virus; la cobertura necesaria para combatir de forma directa al virus en materia sanitaria; la centralización de la toma de decisión institucional; y por supuesto, la paralización de la mayor parte de la economía. Las estimaciones de la caída del PIB en España, según algunas fuentes, como el BCE, es algo más de un 9%. Acompañada de una recisión económica, que se estima puede mantenerse durante los próximos ocho o diez meses.

 

Toda Pandemia acarrea tragedias

 

Es una auténtica tragedia que aquellos amigos, vecinos, familiares, o en definitiva, seres allegados; nos hayan dejado. Ni tan siquiera, han podido estar acompañados por sus seres más queridos en momentos difíciles de su vida, ni tampoco poder velarlos.

Es una auténtica tragedia, que aquellos que están luchando en primera línea de batalla, no disponga de las medidas preventivas necesaria para evitar el contagio. Y más repugnante aun, aquellos que repudian a éstos sanitario, por el mero hecho de tenerlos cerca de sí, y puedan contagiarlos.

Es una tragedia, que a pesar de articular medidas de calado, con instrumentos como los ERTES, que permiten reducir de forma notable la situación gravosa para las familias, tanto trabajadoras como empresariales, que ha producido la inactividad económica. La tasa de desempleados en los próximos meses será muy elevadas y supondrán un lastre para la reactivación económica y social. Así como, medida de flexibilización fiscal, inyección de fondos y avales mediante ICO.

Es una tragedia, que haya individuos que quieran sacar el máximo provecho de una situación de vulnerabilidad social como esta. Mediante la especulación y la estafa.

Es una tragedia, que aquellos que viven de la política quieran sacar rédito o beneficio partidista/ideológico en un periodo de máxima incertidumbre de la población.

 

Pero también hay esperanza e ilusión

Hay esperanza e ilusión por lo venidero. Si así es, no es una utopía, ni fruto de mi último libro de pensamiento positivo. Es una creencia absoluta. La sociedad en general se ha mostrado solidaria, agradecida, empática, generosa, desinteresada, inquieta, en definitiva, más HUMANA. Porque es lo que somos personas, con emociones, con inquietudes, con ganas de seguir viviendo, con necesidades primarias de socializar.

 En cuanto a la gestión de mi clínica…debemos ser más humanos como gestores de personas porque la relaciones con nuestros equipos deben dotarse de gestión de las emociones. Preocuparnos por ellos, por conocer cuáles son sus inquietudes, como se encuentran, que metas tienen a nivel profesional, etc…

Estos días he leído en muchos foros de profesionales de la odontología mensajes, en general, de máxima inquietud; en cuanto al proceder, qué reacción van a tener los pacientes y cómo abordar la vuelta. Todo orientado a qué epis utilizar y cuales desecho, si el colegio debe facilitar los test pcr o no, si debían de cerrar la clínica o no, si pueden realizar todos lo tratamientos o sólo urgencia; y otros muchos de desconfianza, si este sello de certificación de garantía u este de certificación de calidad. En definitiva, la vulnerabilidad que siente entorno al ejercicio de su profesión. 

Como he dicho antes, es evidente, en situaciones así, hay quién quiera sacar rédito de todo esto. Lo cierto, que nadie sabe cómo va afectar la pandemia en el devenir de clínica. Qué va a pasar en el futuro, cómo se va a comportar el paciente, qué tipo de tratamiento va a aceptar…Todas estas cuestiones entra dentro de una normalidad y debemos entender, que antes del Covid-19 estamos inmerso en pleno cambio de época.

Si la sociedad Agrícola (Neolítico) predominaba el factor Fuerza/Trabajo; en la Sociedad Industrial, como consecuencia, de la Revolución Industrial, los factores destacables eran el Dinero/Capital y en la sociedad de la información es el Saber/Conocimiento, surgida desde la revolución tecnológica-Digital. Ahora estamos inmersos en un nuevo proceso de cambio y estamos mutando de la sociedad de la información hacia una nueva época; dónde las relaciones humanas están tomando un nuevo rol. Así mismo, se están generando nuevos valores…cambio en las estructuras familiares, de modelo de vida (nada puede esperar) y sobre todo, cómo nos comunicamos…este es el efecto más transformador y ha marcado una línea, en cuanto a las relaciones sociales y a la forma de vivir. La solidaridad, la confianza, la colaboración, la inmediatez, la flexibilidad y adaptación al cambio, son virtudes necesarias para esta nueva época.

 

 

Del mismo modo, todo esto afecta al consumidor y a su forma de consumir productos o servicios. Los modelos de gestión cambian, debemos enfocar nuestra línea estratégica y de gestión en base a preceptos como seguridad, confianza, inmediatez.

La clínica, deberá trabajar en modelos de gestión que generen esta seguridad, donde consigamos minimizar la exposición del paciente, con un menor número de visitas a clínica, una concentración mayor de tratamientos por cita (si clínicamente es posible). La confianza, es un valor que debemos de trabajar en todos los niveles/áreas de clínica, mostrando siempre la máxima diligencia y responsabilidad por la prestación del servicio (ya sea con los protocolos de atención al paciente, usos de epis, gestión de administrativa, etc…). En cuanto a la inmediatez, debemos de trabajar en dar respuestas precisas en tiempo preciso; debemos contar con colaboradores que nos permitan dar esas repuestas precisas en tiempo y forma.

En esta nueva época, la economía de escala, que también se puede aplicar al modelo de negocio de clínica dental (dígase clínica franquicia o marquistas), está sufriendo un desgaste y un incierto futuro por la dificultad que tienen en sus estructura hacia el cambio, para dar respuesta, a los nuevos hábitos de vida.

 En definitiva, debemos actuar con determinación pero con la máxima responsabilidad; y focalizarnos en ofrecer un servicio odontológico de mayor calidad, si cabe, y una mayor profesionalización empresarial de nuestra clínica, a fin de dar respuesta a los cambios que se están llevando a cabo.

 

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